5/31/2010

¿Quo vadis?


Hace años, los chicos teníamos permiso para salir solos los sábados a la noche: íbamos al cine. Recién bañados, peinados y perfumados, nos hamacábamos en las primeras filas de butacas hasta que apagaban las luces y nos atrapaba la historia de tal manera que se nos derretía en las manos el maní con chocolate. Así lloramos desconsoladamente con "El Campeón", gritamos de alegría cuando el chico de "El Corcel Negro" se quitó el antifaz y por fin el caballo lo reconoció, y nos reímos saltando en las butacas con los Superagentes.
Fuimos a ver todas las películas de Terence Hill y Bud Spencer, pataleando sobre el piso de madera si la película se cortaba, y nos dormimos cuando dieron "Gandhi", que fue muy larga hasta para los grandes.

Volvíamos a medianoche a casa con todas esas imágenes dando vueltas en la cabeza, si era verano con el zumbido de los mosquitos en cada farol de la calle, con sapos saltando en nuestro pueblo ya dormido; y en invierno cerrando los abrigos mientras bajábamos la cabeza para enfrentar el viento que a esa hora empezaba a helar el pueblo.

1 comentario:

leo canoves dijo...

que buenos recuerdos, por favor...!!! gracias por traerlos a la memoria!!! me acuerdo de las peliculas de adriano cellentano. y de lo enamorado que quede con ornella muti en "la ragazza di trieste". saludos!!!